Aunque no siempre es obligatorio (en algunos casos, sí lo es), enfrentar una demanda sin un abogado es demasiado arriesgado. Solo un experto puede garantizar la mejor defensa, evitar errores costosos y proteger los intereses de tu empresa. Además, los procesos judiciales son demasiado complejos y confusos para quienes no estan especializados en el tema.